miércoles, 20 de junio de 2007

Salvemos a la Gallina Picurú!!!

Cuando era chica mi mamá solía hablarme de una variedad de gallináceos a la que ella (y no sé cuánta gente más) llamaba Picurú. Según su descripción era pequeñita y regordeta. Jamás vi una, ni siquiera en foto, y llevo varios años trabajando en el sector.

Por estos días leí un artículo de FAO, la Oficina de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, que puede darle respuesta a esta incógnita que arrastro desde la niñez.

Según el informe internacional durante los últimos siete años se extinguió una raza de ganado doméstico al mes. (Eso, para los elitistas que creen que sólo los animales exóticos pueden desaparecer.)

Como digo, Erosión Genética es el nombre que le da la FAO al problema que amenaza a una quinta parte de las razas de ganado vacuno, caprino, porcino, equino y avícola a nivel mundial.

La permanente búsqueda de mayores rendimientos productivos acorraló –valga la metáfora- a una importante cantidad de razas autóctonas y regionales y el peligro reside en que toda esa información genética –que podría aprovecharse alguna vez- amenaza destruir la biodiversidad del planeta. Los famosos pro y contra de la Globalización.

Una de las víctimas de este proceso, sin duda debe haber sido, la famosa gallina Picurú. Si alguien conserva algún ejemplar o al menos sabe de lo que le estoy hablando, no deje de comunicarse. Les estaré muy agradecida. A quienes quieran saber más sobre Erosión Genética les recomiendo leer Aquí

martes, 12 de junio de 2007

20 millones de chicos son víctima del Trabajo Infantil

Un reciente Informe de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) apunta que América latina hay más de 20 millones de niños trabajando en fincas y plantaciones agropecuarias.

De ese total, unos 7 millones lo hacen en las "peores formas" apunta el trabajo y en lo amplio de la descripción quedan incluidas labores insalubres por la exposición a tóxicos, tareas de fuerza y riesgo por la exposición a maquinaria peligrosa por ejemplo.

Se trata de 20 millones de niños, cuyas edades van de los 5 a los 14 años que deben trabajar para contribuir con la economía de sus familias postergando la educación y el juego.

Setenta por ciento de los trabajadores infantiles está empleado en la agricultura. Realizan actividades como el cuidado del ganado y la cosecha de cultivos, utilizan maquinarias peligrosas y aplican pesticidas. Más de 132 millones de niños entre 5 y 14 años ayudan a producir los alimentos que consumimos y la ropa que usamos. Por tener que trabajar deben relegar sus estudios y eso inexorablemente afectará sus futuras oportunidades de escapar del ciclo de pobreza, de encontrar mejores trabajos o convertirse en trabajadores independientes.

La agricultura es uno de los tres sectores que ocupa la mayor cantidad de mano de obra infantil en todo el mundo, la acompañan la minería y la construcción. Y al mismo tiempo son las 3 actividades más riesgosas y con mayores índices de accidentes según la OIT. No es difícil deducir que muchos de los accidentados y afectados son menores.

"El sector rural está con frecuencia caracterizado por la falta de escuelas, escuelas de diversa calidad, problemas para retener a los maestros en zonas remotas, falta de educación accesible para los niños, bajos y variables índices de asistencia a la escuela rural, y niveles más bajos de rendimiento y logro escolar. Además es probable que los niños deban recorrer largas distancias caminando para ir y regresar de la escuela. Incluso cuando los niños reciben educación, sus vacaciones están organizadas en torno a la estación de la siembra y la cosecha”, explicó Michele Jankanish, Directora de OIT-IPEC.